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La suma de todos los miedos

 

 

El paso del tiempo es un aliado letal, que favorece nuestras expectativas o las destruye, solo depende de nuestra percepción. Un grato recuerdo de los momentos difíciles puede ayudarnos a confiar en que todo saldrá bien, pues nadie muere de penas o resiliencia. Nuestro paso por el mundo nos pone en situaciones que son del tamaño de nuestra imaginación y de vez en cuando hacen sentido en que son una barbaridad. Aún así existen marcadores somáticos que necesitan ser trabajados en nuestra conciencia para lograr lo que nunca nos imaginamos.

Dicen que la genética marca nuestra conducta, pero creo firmemente en los estudios que avalan que la epigenética influye mucho más. Esto se refiere al hecho de que el ambiente donde nos encontramos define en mayor parte nuestra conducta y la forma de ver las cosas. Nunca tendremos un punto de vista universal de todo, siempre estaremos limitados al poco conocimiento que hemos adquirido y las cosas que nos han sucedido en el tiempo. Sin embargo, podemos definir cual será nuestro destino si sabemos lo que queremos y cómo lo queremos. El lugar donde vivimos, la forma en la que vivimos y las limitaciones que tenemos pueden ser decididas por nosotros mismos. 

Me explico, lo que es normal para una persona puede ser algo totalmente imposible para la mente de otra persona. Una vez empezamos el camino de lo que queremos lograr, podremos acostumbrarnos al nuevo "normal" que antes parecía distante. Si vivimos en un entorno hostil, donde las ideas frescas son enemigas, donde todos han pasado una vida de resignación a lo mediocre, aunque tengamos el deseo de lograr poco a poco un cambio, debemos primero reinventar nuestros pensamientos e inmediatamente buscar otro entorno favorable para este nuevo estilo de vida que queremos. No es que esté mejor ser un emprendedor o ser un empleado, lo que sigue siendo una utopía es querer ser alguien de educación y con altos estándares de limpieza, organización y lucidez mental si vamos continuamente a un lugar donde esto es un problema, pues nos pasaremos los días luchando contra un entorno que no prioriza esto como importante. 

Es como quien quiere lograr fortalecer los músculos de las piernas, quizás no tenga medios prácticos para correr, montar bicicleta o hacer ejercicio en máquinas para piernas y por eso deba empezar en un patio lleno de lodo, resbalando, agarrándose de donde puede para lograr hacer algunas sentadillas. Eso está bien si es tu realidad momentánea, pero debes estar consciente de que para lograr un verdadero resultado donde no tengas que luchar por preocupaciones innecesarias debes buscar continuamente la forma de tener un mejor piso, unos buenos tenis y un lugar donde te sientas motivado a hacerlo de forma normal, sin necesidad de que sea una odisea lograr buenos resultados. 

Pasa lo mismo con las ideas, con la forma de vida. Tu entorno va a decidir en gran manera cómo te desarrollarás. De todas formas el peor enemigo sigue siendo la mente y nuestra crianza. Si además de estar en un entorno donde no podrás alcanzar el potencial que quisieras, también mantienes los miedos impuestos por el paso del tiempo, será simplemente imposible lograrlo. Una frase dice que no se trata de no tener miedo, se trata de hacerlo aún con el miedo. Esto es cierto de una forma continua pues cuando llegue el momento en que ya no te de miedo hacer algo, quiere decir que puedes avanzar al siguiente paso y es algo que es muy probable que te de temor.

El problema puede parecer muy complejo, pero se reduce a no paralizarnos por querer tener la paz de ya habernos acostumbrado a algo. Es una tranquilidad falsa, pues la vida tiene un sistema de flujo constante donde quien se queda estático literalmente va dejándose morir, sea en su cerebro, ideas y cuerpo físico. Se nos ha vendido la idea de trabajar duro por un tiempo para dejar de trabajar en un punto, muchos quieren retirarse jóvenes, es como si el trabajo fuera un castigo. Y claro, lo es para la mayor parte de la humanidad, por eso pocos tienen el poder y las grandes empresas donde todos los demás trabajan para ellos. La forma en que miras el trabajo y te matas para conseguir dinero dicta el resultado que siempre tendrás, pues si en tu mente quieres llegar a un punto donde no tengas preocupaciones económicas, donde duermas mucho en el día y los demás hagan las cosas por ti mientras vives una vida de ensueño como los millonarios de Dubai, quiere decir que siempre serás el amargado que toma impulsos repentinos venciendo el miedo a esa diligencia, pero luego te agotas y quieres volver a la tranquilidad de no tener que hacer las cosas que te atemorizan. 

No se trata de no tener problemas, se trata de con qué problemas quieres lidiar. Todos tendremos problemas siempre, hasta nuestra muerte. Una persona obrera tiene los problemas de un obrero, cumplir con su trabajo, llegar a tiempo, soportar a su jefe, hacer su trabajo a tiempo. Un empresario tiene sus problemas, manejar una estructura y mantenerla, tener la paciencia, fortaleza y determinación para perderlo todo y volver a reanudar, manejar empleados, reuniones de directivos, contratos, impuestos. Una persona que está soltera puede pensar que está libre de preocupaciones a diferencia de un casado, pero tiene las suyas propias como soportar la soledad, hacer las cosas solo, limpiar, lavar, darse ánimo. Y así siempre será la vida, todo depende de las preocupaciones que quieras tener o estés dispuesto a soportar. Ningún tipo de vida es mejor que otro en tu mente si estás contento con lo que estás obteniendo y dispuesto a aceptar los resultados de tu elección. Si no lo quieres, elige otro paquete de problemas con los que te sientas más cómodo.

Al final de cuentas, nuestros miedos definen lo que hacemos. Pero una vez nos decidimos a actuar por encima del miedo veremos como en vez de huir continuamente de las tormentas que llegan, aprenderemos a prepararnos para afrontarlas y vivir con ellas, pues quien no quisiera salir victorioso de las situaciones que nos pasan, sin importar si le vemos o no solución. Recordemos que todos lo que estamos encima de esta tierra somos iguales y podemos lograr lo que quisiéramos. Nadie es culpable de nuestra realidad. Ser las victimas de la vida es un atraso que nos mantiene atado al pasado. En un mundo tan amplio y hermoso, nuestro punto de vista, nuestra acción y la forma de ver las cosas son el determinante obligatorio para hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos.

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