Todos tomamos decisiones. Todos nos enfrentamos a momentos donde miramos dos o mas caminos inciertos en su trayecto, pero conocemos su final. Son esos momentos de la vida cuando miramos esa luz en nuestra mente que nos dice: "recuerda lo que eres", que pasamos adelante y dejamos atrás lo que no es sano para nuestro ser. He estado entre decisiones y aunque puedo confesar que muchas veces he sido cabeza dura, descuidado o quizás algo dogmático con algunas cosas, aun así he visto el final de muchos caminos y a mi edad sigo aprendiendo pues me siento como un primer guandul, realmente se muy poco de esta vida y sigue siendo extremadamente emocionante aprender día a día, segundo a segundo a superar obstáculos, movernos adelante y correr no importa cuanto nos caigamos. Es cierto, la vida es emocionante, pero hay algo que puede troncharnos el camino y hacer que tomemos una mala vereda.
Se y al igual que yo todos sabemos que siempre debemos analizarnos y hacer un Stop para mirar nuestro rumbo recorrido desde lo alto, desde otra óptica que no sea el norte que seguimos. Entonces es cuando a luz de una sabiduría superior comparamos nuestros errores y virtudes a ese entendimiento y nos percatamos de lo que esta mal para CORREGIRLO. No es algo que hacemos en comparación con "Juancito" ni "Marinita", es algo personal. Algo que nos da miedo, ¿porque? Porque tememos mirarnos a un espejo y decirnos que debemos cambiar lo mal hecho, arreglar las cosas y retomar las buenas costumbres. Incluso si tenemos años largos caminando errantes existen esas fuerzas increíbles que nos ayudan a cambiar, por mas difícil que parezca. Se que muchas personas que conozco han cambiado 180 grados y me han motivado a seguir en los momentos de reflexión. Porque es cuando la vida se torna interesante, tomando las buenas decisiones.
Si nos olvidamos de hacer la parada, si seguimos el desenfrenado y loco ritmo de este sistema llegaremos al final SABIENDO que no es bueno. La vida nos reclamara, el peso de la balanza nos aplastara y sera algo desastroso. Hay que detenerse. Hay que reconocer que somos capaces de ser MUY estúpidos y orgullosos, que tendemos a ser tercos. Y no es sencillo cambiar, es mas fácil seguir adelante tratando por todos los medios de olvidar las penas enterrándolas muy dentro, con alcohol, con salidas, con charlas, con sexo o buscando mil y un pasatiempos para OLVIDAR aquello que nos persigue: la culpa de no querer cambiar.
No importa en que etapa estemos, no importa que tan importante creamos que somos, no importa si somos poetas, trabajadores, músicos, artistas, estudiantes o pordioseros, no importa porque somos seres humanos. Cometemos decenas de errores diarios y debemos aun así proseguir. Admitamoslo, debemos ser humildes para poder cambiar, para poder arreglar las cosas, para poder mirar desde arriba en lo alto y decir: "Este es el camino que tomare", sabiendo que aun doloroso sea cambiar, estamos haciendo lo correcto.
PD: "Siempre creemos que hay mas tiempo... hasta que se acaba."
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