Las veces que hay que luchar con fuerzas propias son interminables. Es un placer contar con ánimo y determinación para momentos bajos. Han hecho películas, libros, documentales, charlas y de todo para subir el ánimo cuando estamos en baja, pero no es algo tan sencillo. Cuando alguien tiene un problema personal (del tamaño que sea), solo esa persona puede ver las dimensiones internas del problema. Y podemos ser muy empáticos, tratar de entender lo más posible, pero solo esa persona puede saber cosas mínimas que hacen que las cosas sean MUY diferentes a como quizás pensamos. Es por eso que considero que la empatía debe ser medida. Un corazón arrugado es algo delicado.
No lo digo por mi realmente, aunque claro, soy parte del todo, pero he visto algunas cosas que me han puesto a pensar. He visto como cuando un grupo trata de ayudar a una persona a "coger cabeza" y esa persona no reacciona, he visto cuando una persona enamorada no hace caso a consejos, he visto como una persona con problemas económicos ignora muchas cosas que incluso se la explican y no las ve, he visto cientos de personas que simplemente no razonan ni les interesa razonar como otros, aunque todos alegan tener razón.
La libertad de pensamiento, el darle espacio a los demás es algo no tan sencillo. Es un arte. Quizás nos enojamos con alguien que no hace los cambios inmediatos que queremos, pero no sabemos que tan grande es su determinación de hacerlos. No sabemos cuántas noches sin dormir tiene pensando cómo logrará salir adelante. No pensamos muchas veces en los factores que han envuelto la vida de esa persona. Y tampoco vemos las razones ocultas que prefiere no expresarnos, para no llevarse de nuestros consejos. "El corazón de la auyama solo el cuchillo lo conoce". Así que ese espacio de actuación, de pensar diferente, de aceptar el consejo, de reflexionar y convencerse de un cambio, lo merecemos todos y en ese proceso debemos simplemente dar el chance, a su ritmo, no al nuestro.
Aprendí que es más inteligente saber aprovechar los recursos de alguien según esa persona tenga habilidades, no podemos forzar a alguien a ser como queremos, ni cambiar a alguien a nuestro gusto. Es la clave para muchas cosas como: una sociedad, un matrimonio, una amistad, interacción entre empleados y directivas, clientes-vendedores, suegros, conocidos, novios, nuestro perro, estudiantes, profesores, profesionales, deportistas, músicos, orquestas, actores, transeúntes, conductores... en fin, todo. Debemos confiar en la buena voluntad de las personas para hacer lo mejor que puedan, si estas poco a poco van haciendo los cambios. No es tarea fácil. Mirémonos al espejo y preguntémonos qué cosas hemos querido cambiar hace años y todavía estamos luchando. Quizás tenemos una larga lista y aún nos falta mucho por hacer. Recuerda, nadie cambia de la noche a la mañana, y si lo hace, queda loco.
Creo que es una buena meta para el 2013 en adelante, ser más comprensivos, darle espacio y buena fe a los demás. En fin, cuando alguien decide cambiar, se nota, pero necesita tiempo. Pensemos en un antes (cuando conocimos esa persona) y recordemos las cosas buenas que ha logrado, de seguro han sido un montón y eso es más valioso que cualquier reproche que le hagamos. El estímulo es un motor impulsor para lograr lo que en años un regaño no logró. Nuestros consejos son valiosos, pero como cada quien piensa independiente, la chispa que tocará el corazón de alguien es algo que solo esa persona vivirá en un momento dado. Ese es su espacio.
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