Tocar lo invisible, sentir la vida.

¿Que pasa cuando te detienes? ¿Que pasa cuando escuchas las gotas de lluvia rebotar en cada superficie? Miras al horizonte y la noche fría y callada te envuelve en su mística. Cada luz de amarillo resplandor, luces verdes y torres parpadeando un rojo intenso, son reflejos de los sentimientos, recordatorios mudos de historias que nos cuenta la noche.

Una mirada infinita trae los días de vuelta. Te replanteas cada movimiento en tus últimos años, todo en segundos. Como empaquetar las acciones, los motivos, los resultados. Tienes el poder de darle un vistazo a cada paquete de tendencias y sacar conclusiones sobre su verdadera naturaleza. Si de algo sirvió, para qué lo usas y qué futuro te traería. 

Las necesidades básicas, cosas aplacadas por aquellas creadas, han regresado a mi ser para que las mire desde otro punto de vista. Me reclaman, piden con ansias que recuerde su inmenso e incansable trabajo cada día de mi vida. Luchan para que regrese a la lluvia. 

Hemos digitalizado las emociones. Hemos hecho realidad mentiras universales como el dinero. Hemos cristalizado el amor, lo destruimos y lo veneramos al mismo tiempo que lo odiamos. Construimos un imperio falso del retorno de la felicidad basado en el consumismo. Estamos esfumando la humanidad que tenemos muy dentro aún. Llenos de cuentas digitales, pretendemos vivir dentro de una burbuja. ¿Dónde queda conocer gente real, no digital? ¿Donde queda vivir una vida mas plena sin la "necesidad" de ese mundo continuo? Estamos envueltos en muchas tonterías.

Se nos olvida la fidelidad. Olvidamos la cordura. Perdemos el coraje y nos llenamos de datos innecesarios.

Estamos perdidos en un sin fin de ocupaciones que nos llenan de un vacío eterno. Una carrera sin sentido, un amor falso, un engaño tras otro. Herir sentimientos cada vez debe ser más doloroso, menos practicado, pero nos hemos hecho indolentes e indiferentes a los latidos ajenos. Pretendemos que nos importan pero perdemos humanidad y ese toque magnifico de la realidad. Tenemos demasiadas motivaciones digitales, es tiempo de ponerlas en práctica.

Aún así tenemos un ser humano interior.

Aún puedo escuchar la lluvia caer. Es hermoso como las luces artificiales reflejan colores vivos y parpadeantes de la ciudad. Cada gota moja una superficie. El frío me hace entrecoger, necesitando calor. Todo para esperar un nuevo día donde el sol se asomará por mi ventana y veré tocar con su luz cada hoja, cada terreno mojado. Respirar una mañana nueva, estirar los músculos, beber agua a temperatura ambiente, salir a correr, darme un baño de agua fría, tomar café... Es la vida en sus hermosas tonalidades. No es un tweet, no es un estatus, no es una foto con filtros, ni siquiera un mensaje digital. Es la vida sentida, apreciada. 

Es una sonrisa de las personas que amas. Es luchar por olvidar recuerdos de personas que amaste y ya no están. Es querer seguir adelante con tus proyectos, con lo simple, lo sublime, lo real. Esas cosas que tienen importancia duradera. Es una grata conversación con un amigo, con tus padres.

Es un motivo para cada nuevo día mirar aquel horizonte infinito y pensar en lo grandioso de toda la creación. Tan grandiosa es que vivir al máximo cobra otro significado, uno mas real, diríamos, uno mas real.